domingo, 28 de noviembre de 2010

Aviso Importante

Compañeros Contadores y Abogados el día de mañana la cita es a las 12 pm  en Antonio Caso 45, en el segundo piso en el cubículo de la representaciòn . El día para votar del Grupo sera el próximo miércoles 1o  de Diciembre a las 2 pm y nos concentraremos en el monumento a la Revoluciòn a la altura donde estaba la Maquinita. si tienes dudas por favor llama  a la Comisión de Trabajo, es importante que nos apoyes, por eso te estamos pidiendo que nos llames. Esperamos tu comprensiòn por que a través de mensajes hay que responder no auno sino a varios compañeros.

Agremiados redoblan vigilancia de la sede sindical, en vísperas de la nueva votación
Alerta en el SME ante rumores de ocupación
Este lunes se inicia la reposición del proceso para elegir a los dirigentes gremiales
 
 
Periódico La Jornada
Domingo 28 de noviembre de 2010, p. 21
En un ambiente de rumores acerca de una posible toma de la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) por parte de corrientes opositoras a Martín Esparza, cientos de trabajadores se turnan desde la madrugada de ayer para custodiar los edificios de la organización gremial.
En la víspera de la reposición de la elección para la que sólo se registró una planilla, encabezada por Esparza, las comisiones de organización y seguridad se encuentran a la defensiva ante un eventual intento de ocupación del SME.
Además de sus canales ordinarios de comunicación, el mensaje de apoyo se multiplicó en las redes sociales desde la noche del viernes, bajo la suposición de que grupos de jubilados o de opositores identificados con Alejandro Muñoz o Jorge Sánchez intentarían entrar a los edificios ubicados en Antonio Caso e Insurgentes, en el perímetro central de la capital.

Anoche el SME se hallaba en calma, aunque las medidas de precaución continuarán con mayor énfasis este domingo y las primeras horas del lunes, día en que se iniciará la votación, misma que se prolongará hasta el viernes para proceder al recuento un día después.
Mientras la secretaría del interior en funciones preparaba el padrón de quienes tienen derecho a votar (aquellos que no aceptaron ser liquidados y los jubilados), el secretario del Trabajo y Previsión Social, Javier Lozano, quien se había mantenido reticente a avalar la propuesta del SME, hizo algunos comentarios para respaldar la decisión de la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje para proceder a la reposición de la elección con base en la propuesta del SME.

En respuesta a seguidores que manifestaban su rechazo al aval para allanar el camino al reconocimiento legal a Esparza, el funcionario señaló en Twitter: Se extinguió la empresa (Luz y Fuerza del Centro) pero no el SME. En consecuencia, dio como válido –aunque no esté de acuerdo con ello– que no tendrán derecho a votar aquellos ex trabajadores del extinto organismo que ya recibieron su liquidación:
Por estatutos (los liquidados) son miembros del SME en receso, así lo marcan sus estatutos. No pueden votar ni ser votados. Absurdo.
Agregó que los no liquidados no pierden sus derechos patrimoniales (respecto del sindicato) y que el dinero de este sindicato es exclusivamente de los afiliados al mismo.

PAN: las deudas de la alternancia
 
Hace una década, cuando el Partido Acción Nacional (PAN) asumió la conducción política del país, la nación enfrentaba los estragos de más de 70 años de monolitismo priísta, y la sociedad acusaba un hartazgo hacia el ejercicio patrimonialista, antidemocrático, corrupto y corruptor que caracterizó al tricolor. En ese contexto, la alternancia de siglas y de colores en la Presidencia de la República alimentó las esperanzas ciudadanas de que se produjera otra, mucho más sustancial, en el ejercicio del poder político y la conducción de las instituciones, en las relaciones entre el Estado y la sociedad, en los manejos de los recursos públicos, y en el combate a la corrupción, entre otros ámbitos.
Sin embargo, a contrapelo de las aspiraciones –por demás legítimas– de la ciudadanía que sufragó por el blanquiazul en julio de 2000, las perspectivas de consumar una plena transición democrática se fueron diluyendo con el paso de meses y años, y hoy, con los festejos organizados por el PAN para celebrar su llegada a Los Pinos, se cierra una década de continuidades y decepciones.
Algunas de las caras más visibles de ese retroceso son la permanencia, durante las dos administraciones federales panistas, de viejos vicios y prácticas autoritarias; la perpetuación de las estructuras de control corporativo y clientelar; el refrendo de alianzas con dirigencias gremiales corruptas y descompuestas; la intromisión en la vida interna de los sindicatos independientes; la preservación de la impunidad para quienes cometen atropellos desde el poder. En cuanto al manejo de los recursos públicos, las promesas de combate a la corrupción y a la opacidad con que inició el gobierno del cambio terminaron claudicando ante la proliferación del tráfico de influencias, el amiguismo, las complicidades, la opacidad y la impunidad.
En forma paradójica, el desarrollo democrático del país en estos 10 años tuvo en Vicente Fox un lastre fundamental: luego de arribar al poder por medio de un incuestionable triunfo electoral, en 2006 se erigió en uno de los principales factores de distorsión del proceso sucesorio, y sembró con ello la sospecha de fraude en al menos un tercio del electorado. Con una legitimidad mucho menor a la de su antecesor, Felipe Calderón ha encabezado una administración que triunfa en el discurso y fracasa en los hechos, y ha sido partícipe de la involución política y electoral de su partido, reducido a la condición de apéndice de la Presidencia.
Por lo que hace al ámbito económico, el desempeño del gobierno federal en esta década se ha caracterizado por una exasperante indolencia, que ha colocado a los estratos más desfavorecidos de la población en la desprotección total. Las administraciones federales panistas han continuado y profundizado el modelo económico impuesto por las últimas presidencias priístas, y han porfiado en los intentos por desmantelar la propiedad pública y en la aplicación de una política fiscal regresiva e injusta. Esa misma insensibilidad se refleja en la desatención a las causas originarias de los fenómenos delictivos que hoy recorren el territorio nacional, y en la pretensión de combatirlos exclusivamente –con resultados desastrosos, por lo demás– por la vía policiaco-militar.
A los elementos anteriores cabe añadir la vulneración del carácter laico del Estado, el extravío de la política exterior del país, la criminalización de la disidencia, la represión de las oposiciones políticas y sociales, y el desinterés en la vigencia de las garantías individuales, bajo las presidencias del blanquiazul.
Ciertamente, en los últimos 10 años la sociedad ha experimentado una transformación cívica y política profunda, y el país tiene hoy una ciudadanía mucho más consciente de sus derechos, más participativa, tolerante, habituada a la pluralidad y crítica de la autoridad. Tales cambios, sin embargo, se han presentado fuera de las esferas del poder público, no dentro de ellas. En ese sentido, el saldo de la alternancia no deja mucho margen para la celebración y exhibe, en cambio, un cúmulo de deudas y expectativas no cubiertas por los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.

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